El Gobierno desarrolló el segundo Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe 2.0), una iniciativa encaminada a generar inversión en varios sectores, desde la infraestructura hasta la educación, el turismo, la industria, la minería y la vivienda urbana, para impulsar el crecimiento y el desarrollo económicos.
El plan busca optimizar los recursos y potenciar las oportunidades en estos frentes. Contará con inversiones por $16,8 billones que permitirán crear más de 322.900 empleos.
La vivienda es uno de los frentes más importantes y, como menciona Luis Felipe Henao, ministro de esta cartera, “va a ser más fácil comprar vivienda que un carro, y será una gran oportunidad para la clase media, de acceder a una vivienda de hasta $86 millones”.
Comprar vivienda siempre será una buena inversión y, en tiempos de desaceleración económica como el actual, lo más seguro para ir ‘a la fija’ es hacerse a una casa, en especial en los segmentos de ingresos medios.
“Lo más importante del Pipe 2.0 es reconocer que Colombia tiene una mayor clase media, lo que exige más políticas habitacionales para compra. Que un profesional o que un ama de casa puedan comprar una casa de una forma más sencilla. Antes para ellos esto era muy difícil”, afirma la presidente de Camacol, Sandra Forero.
En ese sentido, las constructoras empiezan a diseñar estrategias para personas con ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos mensuales, que les permitan solventar el pago de la cuota inicial con subsidios que van así: si gana entre dos y tres salarios, de $12’800.000 y si está entre tres y cuatro, de $7’800.000.
Además, se genera otro subsidio a la tasa de interés para 50.000 familias: el Gobierno va a subsidiar entre 30% y 40% de la cuota hipotecaria de viviendas de entre $87 millones y $215 millones. “Lo importante de esto es que se va a alimentar la oferta, que los constructores están muy motivados y que se van a lanzar más proyectos. En algunas ciudades se construían 300 viviendas al año y ahora están en 2.000 y 3.000, se va a generar empleo y competencia, pero lo más importante es que se va a generar bancarización, la gente le perderá el miedo a un crédito hipotecario”, agrega Forero.
El balance
La primera fase de Pipe surgió como una medida para enfrentar un momento difícil para la economía colombiana, cuando empezaba a sentir los choques externos por cuenta de la desaceleración mundial.
En ese momento, el Gobierno vio que la vivienda podría ser un aliado estratégico por cuenta de sus efectos multiplicadores en materia de empleo, demanda de insumos y generación de valor agregado.
El trabajo inicial, que comenzó en mayo de 2013, consistió en otorgar 30.471 coberturas con subsidio a la tasa de interés de 250 puntos básicos para la compra de vivienda que oscilara entre 135 y 335 salarios mínimos mensuales legales. Así, se buscaba dinamizar el lanzamiento de nuevos proyectos y movilizar la preventa.
Hoy, con la nueva versión en el frente de la vivienda urbana, el Gobierno ha anunciado dos medidas: por un lado están 50.000 coberturas de subsidio a la tasa de interés para vivienda nueva entre $87 millones y $215 millones, prevista para el periodo 2016-2018. Por el otro, está la adición de 30.000 cupos para el programa Mi Casa Ya, con lo cual se llega a un agregado de 130.000 coberturas en el total de esta iniciativa.
¿Qué se espera con este impulso gubernamental? El Departamento de Estudios Económicos y Técnicos de Camacol realizó un análisis del impacto previsto de las 50.000 coberturas de subsidio a la tasa de interés para vivienda nueva entre $87 millones y $215 millones, cuyos resultados mostraron que los efectos agregados que se prevén en el primer año serían un incremento de 12% en las ventas, alcanzando niveles promedio de 62.400 unidades. Según el ejercicio, por cuenta de las 50.000 coberturas el mercado podría llegar a comercializar más de 68.000 unidades en ambos segmentos por año, lo que corresponde a un crecimiento de 25,5%.
Pero entonces, ¿es interesante hacer este tipo de inversión? Para Gloria Correa, gerente de Productos Hipotecarios de Bancolombia, “vemos que las tasas de interés han estado en mínimos históricos y esto ha contribuido en general en la decisión de compra. No podemos negar que los indicadores de la economía siguen dando señales como inflación al alza y posible aumento del desempleo por la desaceleración económica, que influyen en la moderación de la demanda y en los precios de la vivienda. De todas formas, los créditos se desembolsan con la tasa vigente al momento del desembolso y estos programas tienen un desarrollo progresivo hasta 2018. Esperamos que las familias no posterguen su decisión de compra y aprovechen estos beneficios”.
Sin duda, están dadas las condiciones para el negocio. “Tenemos un mercado más maduro, una oferta amplia de crédito, las tasas de interés están en niveles muy atractivos y porque además siguen estando muy presentes las políticas de subsidios y de incentivo del Estado para casi todos los sectores de la población”, afirma Danilo Morales, vicepresidente de Banca Personal y Pyme de Colpatria.
La estrategia en vivienda será una de las movidas clave para enfrentar la desaceleración de la economía, pero también para potenciar la demanda dentro de una clase media cada vez más fuerte y decisoria.
Oportunidades
Hay grandes oportunidades en vivienda para clase media y el mercado ha venido moviéndose positivamente tras el anuncio de esta medida. En ese segmento hay una oferta de 38.600 unidades de vivienda nueva disponibles para comercializar. Esto representa 40% del total de lo que hay en el país en este negocio. Es tan importante la medida para la decisión de compra de los hogares y el dinamismo del mercado que, desde el anuncio, a agosto de 2015, las ventas en ese segmento han crecido 15% y los lanzamientos de nuevos proyectos lo han hecho en 37%.