Los asesores inmobiliarios acompañan a sus clientes durante todo el proceso de venta o arriendo del inmueble y le brindan el acompañamiento necesario después del cierre del negocio.
Todo esto, sobre la base de una absoluta confidencialidad y la mayor seguridad en el manejo de los datos personales y de la información financiera relacionada con su cliente.
Estas son las principales virtudes de un buen asesor inmobiliario:
Realiza toda su gestión teniendo en cuenta las necesidades y deseos de su cliente.
Asesora sobre los aspectos legales del proceso de venta.
Realiza una evaluación comercial para determinar el “precio de mercado” del inmueble, ya sea para arrendar o vender.
Ofrece argumentos objetivos para decidir si es mejor vender o arrendar en determinado momento.
Estudia las características del inmueble y destaca las que le pueden aumentar su valor.
Define una estrategia de comercialización, con el apoyo del equipo de ventas de su empresa.
Elige potenciales compradores con las mejores referencias comerciales.
La venta de un inmueble puede resultar agotadora, especialmente por el desconocimiento del propietario sobre las diferentes etapas de este proceso, como la promoción, el contacto con los potenciales compradores, los aspectos legales de la compra - venta y el cierre del negocio. Por eso, cuando tenga un inmueble para vender o arrendar, piense en un asesor inmobiliario que lo apoye en esta tarea.