Arrendar un inmueble de su propiedad puede tomarle hasta tres veces menos en tiempo si lleva a cabo una serie de modificaciones necesarias que incluso pueden aumentar el valor de la vivienda hasta en 10% atendiendo al conocido refrán “todo entra por los ojos”.
Es por eso que en LR preparamos con expertos consultores del sector inmobiliario una serie de consejos que le serán útiles para alistar la unidad residencial antes de ofertarla disminuyendo al máximo las dudas de arrendatarios potenciales.
El primer consejo es que lleve a cabo una profunda limpieza de zonas como alfombras, baños, muebles y cocinas. Aunque podría parecer un principio básico lo sorprendería la cantidad de viviendas que se descartan por olores a humedad, manchas, rastros de mascotas y residuos de cocina. Un informe del Centro Nacional de Investigaciones de Consumer Reports señala que 41% de los profesionales de bienes raíces encuestados que este encabeza la lista de los errores a los que más le pasan factura los clientes.
Alejandro Castañeda, gerente de Acci, empresa especializada en consultoría en inversión inmobiliaria del Grupo Cobrac’s, señala que dependiendo del estado de la vivienda se pueden implementar modificaciones básicas como pintar algunas zonas, cambiar los pisos por laminados de madera, renovar los interruptores y modernizar el estilo del hogar. Sin embargo, en algunos casos es necesario poner en obra zonas como baños o cocina o contratar labores de carpintería.
En ello coincide Luis Aurelio Díaz, gerente general del Grupo Oikos, quien en su experiencia sabe la importancia que se le da al estado de pisos y paredes. Sin embargo, el experto señaló también que hay aspectos que el potencial arrendatario no revisa pero que son básicos, pues pueden llegar a convertirse en un riesgo para quien ocupa la vivienda: gasoductos, calentadores, escapes, plomería, conexiones eléctricas, redes sanitarias, entre otros que necesitan mantenimiento permanente.
Díaz aseguró que dependiendo de la edad del inmueble estos aspectos deben ser verificados con más detalle para evitar accidentes, lo ideal es que se haga a partir de los cinco años de antigüedad. Sergio Mutis Caballero, presidente de Inmobiliaria Valor S.A., especificó al respecto que si es una vivienda nueva con acabados contemporáneos, lo único que necesita es estar bien pintada. Si es una construcción de más de diez años, hay que remodelar los baños y la cocina. Pero si es una casa vetusta, en la que el comprador solo quiere el terreno, no hace falta arreglarle nada.
De acuerdo con Castañeda, lo ideal es que el monto que se invierta vaya en función con el dinero que se reciba por la residencia, “no se debe gastar más de lo que le pueden retribuir, considero que el tope máximo adecuado son seis meses de canon de arrendamiento”, dijo, al tiempo que advirtió que deben ser prioritarias y que hasta pueden llegar a costar menos que los cambios superficiales.
El gerente de Acci señaló que es clave que el propietario confíe en las sugerencias de la inmobiliaria por la que opte para que eso se vea reflejado en los tiempos. “Algunos clientes se demoran hasta cinco meses en arrendar porque se niegan a hacer cambios, uno ya sabe lo que las personas buscan pero ellos esperan que uno primero les consiga los interesados para prometerles que todo lo que ven en mal estado se puede cambiar”, contó.
Incluso, en ocasiones se han visto obligados a rechazar inmuebles en condiciones irregulares para no ir en contravía con los principios de la inmobiliaria, un sector que se mide por qué tan rápido se logran los resultados.
Mutis destacó además que dependiendo de la zona remodelación aumenta el precio, “por ejemplo, si se venden una casa en un conjunto residencial, porque la mayor parte de las unidades están remodeladas”, pero también puede que las obras solo sirvan para reducir el tiempo de venta.
Además, dijo que el impacto de las remodelaciones en el inmueble son relativos al sector donde estén las viviendas. “Por ejemplo, hay un conjunto al norte del Country Club, que se llama Antigua, en el que la gente paga las remodelaciones porque son casas viejas, pero muy bien ubicadas y es uno de los pocos sectores en los que se mantienen bien las casas. Por otro lado, una casa en Santa Ana Oriental, muchas veces se compra para volver a construir con las nuevas realidades del mercado.
Signos que generan desconfianza enel arrendatario
De acuerdo con las empresas del sector hay dos aspectos que incrementan el nivel de desconfianza de las personas a la hora de arrendar: las grietas en los cimientos y los suelos a desnivel, sobre todo en zonas sometidas a la humedad o cercanas a estas fuentes. Incluso en su estado inicial, ambas situaciones son síntomas de problemas serios, más si empeoran con el tiempo; no olvide que la reparación será más costosa entre más salga de control, por lo que debe darle prioridad a estos cambios. También se aconseja no descuidar el exterior de la vivienda, hacer un buen lavado a presión y reparar ladrillos agrietados o retoques en pintura de la puerta pueden ser de ayuda.
Las opiniones
Alejandro Castañeda
Gerente de Acci
“En ocasiones cuando los clientes no siguen las recomendaciones de las inmobiliarias se demoran hasta cinco meses en arrendar”.
Luis Aurelio Díaz
Gerente del Grupo Oikos
“Las modificaciones en redes son más delicadas porque pueden generar un riesgo al arrendatario y cuestan menos”.